El Relojero De Los Últimos Segundos
En el corazón del barrio industrial, donde las fábricas tosen humo negro sobre calles desiertas, el viejo Caspar mantenía un relojería que reparaba algo más que maquinaria.
Los clientes llegaban con relojes detenidos en horas fatídicas:
Un cronómetro militar clavado en 00:00:03 (el tiempo que le tomó a una bala alcanzar su corazón)
Un despertador marcando las 5:17 AM (el último minuto antes del diagnóstico médico)
Un reloj de arena donde la arena no caía (el instante en que ella dijo "sí")
La joven Lena trajo un reloj de pulsera detenido en 11:59:59 PM. "Fue cuando mi hermano se lanzó al río", confesó. "Quiero que vuelva a avanzar".
Caspar insertó un resorte de memoria en el mecanismo. Al dar cuerda, el reloj comenzó a tictaquear... y Lena revivió ese minuto final desde la perspectiva de su hermano: el viento helado, el puente vacío, y sobre todo, el arrepentimiento instantáneo cuando ya era demasiado tarde.
"Los últimos segundos son sagrados", murmuró Caspar mientras Lena lloraba sobre el mostrador. "No para cambiarlos... sino para entender que incluso en el abismo, hubo amor".