Los videojuegos son una excelente manera de poner a prueba nuestras habilidades estratégicas y de toma de decisiones. A menudo, los juegos más complejos nos enfrentan a situaciones donde cada acción puede alterar el rumbo de la historia. Ya sea en un juego de estrategia, donde debemos planificar nuestros movimientos con anticipación, o en un título de acción, donde cada segundo cuenta, los videojuegos nos enseñan a pensar de manera rápida y eficiente. La clave para tener éxito en muchos de ellos radica en ser capaz de anticipar los movimientos del enemigo, gestionar nuestros recursos y adaptarnos a circunstancias cambiantes. Además, los juegos multijugador fomentan la cooperación, ya que a menudo es necesario trabajar en equipo para alcanzar el objetivo común, lo que refuerza la importancia de la comunicación y la toma de decisiones colectivas. Los videojuegos nos enseñan a ser más estratégicos, a pensar en las consecuencias de nuestras acciones y a resolver problemas de manera creativa.