El cielo estaba cubierto de nubes grises mientras el viento soplaba con fuerza entre los árboles. Una hoja cayó lentamente, girando en el aire antes de posarse sobre el suelo húmedo. A lo lejos, se escuchaba el murmullo constante de un río que serpenteaba entre las rocas. Un gato observaba atento desde la ventana, siguiendo con la mirada cada movimiento. El reloj marcaba las tres, pero el tiempo parecía detenido. Todo alrededor transmitía una sensación de calma y misterio. Era uno de esos días en los que parecía que algo inesperado estaba a punto de suceder, sin previo aviso.